Semana 8 - 19/12/2015
Se acerca el final de esta gran experiencia. Tuve que
faltar el lunes por motivos personales, pero no sin antes avisar a mi tutora y
al director. El resto de los días, todo fue increíble. Las clases empezaron a
ser muy amenas, porque se acercaba la navidad y al ser un colegio religioso,
todo se centraba en ello. Talleres, manualidades, ensayos, la campaña del bote
para los más necesitados…
Casi todo, salvo explicar, lo hacía yo para que la
profesora pudiera llevar a cabo todo lo que tenía que hacer. Realizamos muchas
actividades relacionadas con la navidad, en plástica, en educación física, en
lengua… una de ellas era escribir una carta y enviarla a algún compañero.
Llegó el último día, el día 22 de Diciembre, día que yo no quería que llegara.
La profesora se fue pues durante las dos primeras horas había clase, pero
dejaban a los niños jugar. Sin embargo yo había quedado con ella en que esas clases
las usaría yo para llevar a cabo mi secuencia didáctica. A modo de juego y para
relajar a los niños y no darles mucha caña, repasamos ciencias naturales con
diversas actividades, como la palabra tabú, pasapalabra… etc.
Cuando terminé, deje a los niños que hicieran lo que
desearan. Mi contribución fue breve y a modo de juego ya que durante toda mi
estancia allí, había explicado, ayudado a los niños, corregido ejercicios…
Tras esas clases llegó el recreo y después del recreo
vino la fiesta del colegio. Se servían churros, chocolate, había villancicos y
todo fue muy bonito. Los niños de mi clase cantaron un villancico basado en la canción
de “Mamma mía” pero con la letra cambiada en homenaje a la Virgen María “Oh María”.
Cuando acabó, los niños se empezaron a ir, despidiéndose de
mí y diciendo que nos veríamos en enero. Pero no va a ser así, es una pena.
Tras esto, todos los profesores y alumnos en prácticas subimos a la capilla del
colegio, donde se realizó una misa. Como la mayoría de profesores está en el
grupo de Caritas, empezaron a cantar canciones y la verdad que fue muy
gratificante. Vi a todos los profesores de mi infancia de nuevo (a los que no había
visto durante las prácticas, los de E.S.O. y Bachiller). Tras esto se realizó
una comida de profesores, pero tuve que despedirme e irme, ya que mi familia me
estaba esperando.
En definitiva, todo se acabó y volví a la realidad. Tras
esta grandísima experiencia, solo puedo decir que deseo ser profesor y creo a
pies juntillas que esto es lo mío.
Hasta pronto y gracias por acompañarme en este breve
diario que he ido realizando semana a semana con lo más importante de mis prácticas
en este gran colegio.